CULTURA EVALUATIVA
EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
1. CULTURA EVALUATIVA.
Ante todo debemos señalar qué debemos entender por cultura, Luis Castro (2005): Conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso evolutivo de la práctica socio-productiva y que caracteriza a una determinada etapa histórica en el desarrollo de la sociedad. Cada momento histórico social ha generado cultura ya sea, aún en la pugna de las causas de las diferencia sociales. Castro agrega: la producción de de bienes materiales, la cultura constituye un proceso histórico-social cuyo desarrollo se encuentra en dependencia de sucesiva sustitución de de una formación socio-económica específica por otra y se expresa en la indesligable e íntima unidad y correspondencia de sus aspectos materiales ( procedimientos, técnicas, experiencias de producción, valores concretos, etc.) y espirituales ( capacidades, habilidades, destrezas, y elaboraciones filosóficas, científicas, culturales educativas, morales, artísticas, educativas, etc.). De esta definición podemos apreciar que no se refiere tan sólo aquel reduccionismo de creer que tan solo se refiere a lo material, otros señalan lo espiritual. La cultura no se refiere, tampoco, sólo al hombre culto, intelectual, sino a toda la humanidad y su participación desde su actividad social en particular. El lenguaje por ello es la herramienta cultural que interactúa con el pensamiento, permite al segundo internalizar la cultura hacerla suya e interactuar colectivamente en la sociedad.
Acerca de evaluación educativa, hay definiciones de todo tipo, claro está, según la concepción del mudo o e interés del autor, por ejemplo, lo que el MED señala: En el D.C.N. (MED: 2005) señala” (...) es un proceso pedagógico, mediante el cual se observa, recoge y analiza información relevante, con la finalidad de reflexionar, emitir juicios de valor y tomar decisiones oportunas y pertinentes para mejorar los procesos de aprendizaje de los alumnos. Asimismo: Evaluación Educativa como acción reflexiva cultural y de poder político, que tiene repercusiones sociales en la conciencia y praxis de los educandos, y la sociedad en general, fijando más las diferencias o subsanándolas, como reflejo activo de la relación entre el sistema productivo y la las instituciones sociales en general, constatando sistemáticamente la plasmación de los lineamientos político educacionales concretos. La evaluación educativa, entonces debe ser entendida como todo un análisis critico de la magnitud del sistema educativo en relación al sistema social, y sus intereses concretos, y, no reducirlo tan sólo al aprendizaje del educando
Alicia Vargas (2004) indica de manera contundente: Partimos de la evaluación como proyecto político educativo y por lo tanto, conceptualmente analizamos su construcción cultural, considerando para ello las relaciones de poder. Esto nos lleva a pensar que la evaluación no escapa del poder político y la orientación que le permite señalar que es una construcción cultural, simbólica. Todo esto da pie a tener que asumir una nueva corriente que pregona la Cultura Evaluativa.
Emerge la Cultura Evaluativa.
En estos últimos años se está imponiendo un término bastante interesante – nos parece a partir de la incursión de los hermenéuticos como paradigma evaluativo- , lo encontramos, en Mateo (Evaluación educativa. Su práctica y otras metáforas: 2005), aunque no desarrollado: Cultura evaluativa. Caso contrario sucede en el libro de Kenneth Delgado (2007), y en algunos artículos en Internet, por ejemplo de Alicia Vargas Porras (Cultura evaluativa: su construcción desde la evaluación docente), y, de Eleonor Doan (la sociedad del conocimiento, la educación y la cultura de la evaluación)
Para Alicia Vargas P.: La cultura evaluativa se expresa entonces en elementos estructurales y formales ( normativas, reglamentos, entes, procesos establecidos) que definen la libertad y la racionalidad de las acciones que ejecutan las personas, en relación con la evaluación docente, pero a la vez las y los diferentes sujetos ( directores, directoras, administrativos, estudiantes, docentes) actuamos en una arena de poder signada por nuestros propios intereses (acción individual) y los de la institución ( acción colectiva). Para la autora la cultura educativa no es el pensar en creencias, mitos o tradiciones, sino en cuestiones concretas donde intervienen todos los agentes de la institución en función a determinados lineamientos administrativos que impulsan hacia el poder político.
Eleonor Doan (2007) precisa lo siguiente: Entonces hablamos de Cultura Evaluativa cuando nos referimos a las formas de proceder de las personas frente a las evaluaciones; a las ideas y creencias, a las costumbres, a las prácticas, código, normas y reglas que llevan a los individuos a tomar cierta posición frente a las evaluaciones. La afirmación de la autora no se detiene en una institución educativa, sino que va más allá, trata de referirse a la concepción que tiene tanto el evaluador, pero sobre todo el que es evaluado. Tendríamos que señalar la Actitud del Evaluador y la actitud evaluativa.
Entendiéndose por actitud evaluativa como la estructura hipotética deductiva que sólidamente tiene la composición entre la concepción del mundo, la concepción pedagógica didáctica, curricular y evaluativa como expresión de determinado sistema productivo. La actitud evaluativa es como consecuencia de la definición cultural del evaluador Una correcta actitud evaluadora permite sentido positivo, adhesión a quienes se evalúa, en cuanto a pensar en el ¿por qué? y ¿para qué evaluar? La cultura evaluativa está relacionada con la actitud evaluativa, debido a que la primera orienta a la segunda en el sentimiento y el comportamiento.
E. Doan termina señalando lo siguiente: Las fases de construcción de una cultura evaluativa responden a los de un proceso complejo y lento, en el cual hay que asumir y consensuar nuevas creencias respecto de buenas prácticas, de adecuadas actitudes, de derribar mitos, miedos, de incorporar nuevos hábitos de trabajo, de efectuar con la mayor rigurosidad posible la ejecución de procedimientos, de revisar continuamente lo que se hace, de pensar y anticiparse a los impactos, de hacerse responsable de las actuaciones, de aprender de los errores y fundamentalmente de cambios en los modelos mentales. Ese es el fin tumbar los mitos generados desde el feudalismo y el actual sistema social en su etapa post moderna que pregona: relativismo, diversidad cultural y poder del conocimiento, claro con el modelo económico neoliberal que ha penetrado en lo más profundo de la conciencia de las grandes mayorías, para implantarle la cultura de la vida light (Enrique Rojas: 2000). El hombre visto como capital humano, con miles de limitaciones, pero eficaz y eficiente. La pedagogía pos industrial.
K. Delgado señala: cuando hablamos de cultura evaluadora nos estamos refiriendo a los hábitos, las ideas, las creencias y los valores que expresamos en relación a la acción evaluador. No solo debemos pensar en prueba o examen. (…) Al contrario, reducen la problemática de la evaluación educacional a un asunto de rendimiento, no la comprenden de manera integral. (…) Pero este acto se limita más si lo asumimos como un simple acto de tipo administrativo que consiste en poner notas o calificativos. Es preciso renovar la cultura evaluadora.
No podemos ser unilaterales al señalar la cultura evaluativa, porque es necesario, una vez más, pensar en la naturaleza de la evaluación y sus dimensiones. La evaluación oficial es delineada en función a determinados intereses que permiten consolidar las orientaciones de poder de los dirigentes de la sociedad. La cultura evaluativa no puede ser vista tan sólo desde arriba, es necesario verla desde abajo para darnos cuenta que responde al contexto, al sistema productivo, y los diversos factores que intervienen en la educación.
La historia de la evaluación va a la par del desarrollo de la sociedad y el interés de la formación de los hombres de acuerdo a los intereses de oposición y pugna entre los dirigidos y los dirigentes, como producto de las sociedades heterogéneas. Las siguientes líneas vienen a ser la esencia, en la actualidad, para hablar de cultura evaluativa y no ser tan sólo una postura positivista o hermenéutica, como así se pretende en la actual óptica de la cultura evaluativa.
2. EVALUACIÓN Y PRAXIS EDUCATIVA.
Todo enfoque pedagógico tiene su origen en determinado momento histórico socio-económico concreto, de tal forma que responde a los intereses y condicionantes de ese instante; asimismo, en él está implícita su respectiva corriente evaluativa. Así, a la tecnocracia le corresponde la evaluación experimental, al constructivismo la evaluación como proceso –cognitivista-, etc. Pero cuál es el papel de la EVALUACIÓN EDUCACIONAL? No creemos tan sólo el aprendizaje cognoscitivo del alumno sino, su vinculación con toda la sociedad., su contexto, y toda la labor pedagógica.
Es muy importante tomar en cuenta lo anterior, porque nos daría una correcta ubicación y entendimiento acerca de las conexiones internas o desconexiones, quién sabe yuxtaposiciones, entre el enfoque pedagógico con la realidad educativa, el marco social, la distribución de las riquezas y la magnitud del papel de la Evaluación Educativa.
En el actual momento nos ponen de moda el mundo de los Paradigmas de Thomas Khun, el mismo que sostiene “el conocimiento avanza en función a paradigmas, el emergente se impone al oficial, porque el segundo va cayendo al no responder en el momento social concreto, se termina el reinado o apogeo del mismo y entre en crisis, para luego ser suplantado por el emergente” Esto nos lleva a señalar que se vive una serie de cambios y resistencias, una lucha entre los dos paradigmas. El paradigma nuevo se impone generando verticalismo incomunicación, por lo tanto cierta resistencia por los cambios por parte de quienes deben asumirla. Bueno, es la interpretación empirista del desarrollo de la ciencia, según Khun.
El sector educativo ha sido intervenido con ello, por eso es que se habla de los paradigmas de evaluación educativa, sosteniendo la idea de acuerdo a la metodología de investigación y epistemología.
Aquí brevemente la diferencia entre los dos Paradigmas de evaluación.
Existe un supuesto abandono del PARADIGMA CUANTITATIVO, para pasar al PARADIGMA CUALITATIVO. Bien, pero las conceptualizaciones citadas líneas atrás llegan al educando para indagar el aprendizaje reduciendo todo el sistema educativo y social a sólo eso.
No obstante existen contradicciones profundas; en el mismo sistema de evaluación, las normas y su ejecución, las actas de fin de año que no dejan de ser cuantitativas, LA VIOLENCIA SIMBOLICA, la costumbre de los padres de familia de ver números y diplomas, la sólida concepción positivista y pragmática en evaluación, el subjetivismo a la hora de evaluar, asumiéndola como medición, por parte de los profesores.
Las distintas formas de evaluación son reducidas a la HETEROEVALUACION, y la desconexión de la praxis evaluativa con la política educativa del sistema y la institución, recayendo en la evaluación especulativa, elitista, masificada y finalista.
3.1 EVALUACI{ON, CURR{ICULO Y MATERIALIZACIÓN DE LA DOMINACIÓN.
La coherencia manifiesta en los instrumentos de Política educativa, arriba mencionados, demuestran su ligazón con el FMI, el BID, el BM. Y la CEPAL, nos permiten dirigir la mirada hacia el perfil de hombre que se está formando para los años siguientes: el hombre globalizado o mundializado (Delors: 1996), superficial, individualista, competitivo, consumista, conformista y”competente” con quién ¿?.
Los pilares de la educación, los contenidos transversales, los ejes curriculares, los contenidos, actitudes e indicadores, todos ellos apuntan hacia esas políticas educativas. Allí se detectan los intereses de las transnacionales, las empresas el fondomnetario, etc. Podemos graficar en un flujograma y veremos como están conectados unos a otros.
Ni hablar, los Ejes curriculares responden a los Pilares de la Educación del Informe Delors de la UNESCO y el FMI., ya sabemos qué hay tras ello. Pero se encadenan directamente con los TEMAS TRANSVERSALES, allí en los distintos niveles del sistema educativo peruano podemos encontrar, por ejemplo; defensa del consumidor ( o del consumismo , de la chatarra), defensa de los derechos humanos ¿? ( de quiénes), Educación ambiental ( y la contaminación de las transnacionales, una cáscara de plátano no es destructiva), Equidad y género ( y las leyes y el poder político que nos discrimina qué) , etc.
Mientras nosotros nos rompemos la cabeza pensando en los indicadores y las Unidades Didácticas, que los segundos son el último peldaño de la ideologización neoliberal, perdón, concretización curricular , el contenido está fuerte y latente presto a penetrar en la conciencia de las grandes mayorías, pues más nos preocupamos de las formas. Como forma también es la Diversificación curricular, que finalmente es el proceso de adaptación de la cultura de los educandos a la oficial. El PCC y el PEI, cumplen ese papel, aquello de adecuar a la realidad del niño, es un simple saludo a la bandera.
En todo caso reflexionemos en las distintas asignaturas o áreas curriculares que espontáneamente hacen giran los contenidos de acuerdo a los problemas irrelevantes o inmediatistas.
Es aquí donde la evaluación de principio a fin cumple con la finalidad de constatar cómo y de qué manera el magisterio nacional va plasmando, y el alumno interiorizando, los lineamientos político educacionales mundializados, mediante el proceso de enseñanza-aprendizaje que luego son evidenciados en los mal diseñados instrumentos de evaluación.
Por lo tanto, el papel de la evaluación está involucrado, históricamente, durante todo el proceso de la praxis educativa. Se ha originado a partir de los intereses de poder de quienes dirigen una nación. Se entiende que la evaluación contribuye en la calificación de la sociedad y educación. Desde el recojo de la información, hasta el juicio y la toma de decisiones, acción reflexiva para nosotros. La evaluación, siempre estará velando y corrigiendo por la obtención del perfil del hombre que se ha diseñado en la política educativa, vía su herramienta, el currículo, esto en cualquier tipo de sociedad.
Por eso, la evaluación educativa es el instrumento político, ideológico y cultural importante más importante de todo sistema social y educativo, después del currículo, y no el metodológico como nos han hecho creer.
4. EL SISTEMA DE EVALUACIÓN DEL PERÚ. SUS CONTRADICCIONES.
En la era del PARADIGMA CUALITATIVO, se trata de exterminar a los NUMEROS de nuestro sistema evaluativo, introduciendo las LETRAS, con el fin de reflejar el resultado cualitativo. En el caso de EDUCACIÓN PRIMARIA Y EDUCACIÓN INICIAL, el sistema es el cualitativo, aunque inicial siempre utilizó las letras tanto en el sistema tradicional como en el contemporáneo., “tremenda contradicción”. Sin embargo el mismo MED (2003), solicitó informar en las actas de fin de año, colocando su equivalente numérico. Se pasa de un reduccionismo a otro reduccionismo. Los estudiantes tenían más posibilidad de aprobar una asignatura en el sistema cuantitativo (de 11 a 20), que en el cualitativo (entre A y AD tienen seis posibilidades), peor en sus equivalentes.
Agregamos que AD se creó para elitizar más la educación. De tal forma que los niños durante el año están prohibidos de obtener AD, porque sólo puede ser en el último trimestre, otra contradicción. Durante el año un niño sólo puede obtener máximo hasta A, es decir 16 ó 17, no más. Y en el registro oficial del profesor se debe informar con cualquier símbolo, en todo caso, chek o aspa, pero no letra ni número. ¡Qué tal interpretación del paradigma cualitativo! Qué tal
Hipocresía, y cómo se evalúa en las instituciones educativas de todos los estratos, y los colegios parroquiales.
Bueno a esto se agrega que no se debe premiar, dar diplomas ni otros estímulos, pero nadie toma en cuenta esto, pues los padres de familia están acostumbrados a ver números, no letras. Además la sociedad gira en torno a ello, hasta el FMI. necesita números para calificarnos y no letras. Otra contradicción
En el caso de educación secundaria se ha optado por lo siguiente, según el documento DCN ; para el rendimiento académico se utiliza el sistema LOS NÚMEROS y para el comportamiento LAS LETRAS, tremenda CONTRADICCIÓN , se utiliza aquello que en principio se dice pertenece a lo tradicional.
Desde aquí ya decimos que no es el asunto si de poner letras o poner números, el asunto es del trasfondo del enfoque y su conexión con los factores que la condicionan, sin tratamientos unilaterales. Lo único que podemos señalar es que esto es demagogia con problemas éticos y de capacidad.
Los padres de familia no entienden las letras, la actual sociedad no vive de las letras, la sociedad globalizada y neoliberal viven de los números, si no respondamos a las siguientes preguntas: ¿en qué puesto quedó usted al postular a un centro de trabajo? ¿En qué lugar quedó el Perú en matemática y lectura?, etc. así usted puede seguir preguntando, y, difícilmente encontrará letras.
Desde aquí ya decimos que no es el asunto; si de poner letras o poner números, el asunto es el trasfondo del enfoque y su conexión con los factores que la condicionan, sin tratamientos unilaterales. Lo único que podemos señalar es que esto es demagogia con problemas éticos y de capacidad.
5. LA PROBLEMÁTICA EVALUATIVA EN SÍNTESIS:
No obstante la fuerte y confusa difusión del paradigma cualitativo de la Evaluación educativa que ha generado grandes contradicciones en todo nivel , encontramos los siguientes problemas en la ACCIÓN EVALUATIVA que se puede agregar a lo señalado por Kenneth Delgado (2003), o también al español Miguel Santos ( 2000) con su Patología de la Evaluación. Agregamos a ello “Problemática de los instrumentos de evaluación” ( PÉREZ-ABRIL Y BUSTAMANTE: 1996)
A) Incomprensión del fundamento y trascendencia epistemológicos de la evaluación.
B) Desconocimiento del papel socio-cultural de la evaluación.
C) Desconexión de la evaluación educativa con los fines y objetivos del sistema educativo y el perfil del educando según el PEI.
D) Actitud mezquina y discriminativa del docente, asumiendo que los exámenes son “tesoros” académicos que reflejan el aprendizaje del educando, y son concluyentes y excluyentes.
E) En la era del constructivismo y el conocimiento, estamos en la era del cronograma.
F) La meritocracia. La sociedad ajena a la escuela, según las normas no debe haber diplomas, concursos, ni masificaciones, sin embargo, la sociedad vive de lo que las normas prohíben. Es la más terrible contradicción.
G) La evaluación es tomada como instrumento de poder, discriminación y selección. Se consuma la conceptualización neoliberal de la evaluación.
H) Predominio de la heteroevaluación, sólo el profesor asume cuanto debe poner de NOTA a los educandos apelando a las conceptualizaciones tradicionales.
I) Las formas autoevaluación y coevaluación no son tomados en cuenta en las actas y registros oficiales. DONDE ESTÁ LO INTEGRAL ¿?
j) Un niño que se pone “A”, no se le da importancia por efecto de la heteroevaluación.
K) INICIAL Y PRIMARIA se evalúa cualitativamente ¿? , no obstante secundaria asume el sistema ergométrico, lo cual contradice todo.
L) Se evalúa el contenido conceptual y a duras penas el procedimental. Lo actitudinal ni se recuerda.
LL) La escala: A, B, C, y AD, desfavorecen al educando que con el sistema vigecimal tenía once (11) posibilidades para aprobar la materia, ahora sólo aquellos valores de AD y A, lo cual es ocho posibilidades.
M) La mejor evaluación es aquella que presenta el examen con trampas, y, memorismo.
N) Uso de la evaluación como arma represiva y de chantaje.
O) Improvisación al prepara las pruebas.
P) Los instrumentos de evaluación apuntan: a) cronogramas establecidos, b) improvisación sin claridad de óptica científica, c) antidiseño, y, d) aplicación del examen en clima verticalista y de sumisión.