PARA EMPEZAR EL DEBATE
El
actual contexto nos presenta retos en la diversidad y el libre mercado. Los
sistemas educativos de los distintos países deben cumplir con la Educación para Todos (EPT) hasta el 2021. La inversión
en educación, por recomendaciones de la UNESCO, debe ser en un mínimo del 6%
del PBI, de alguno manera en ello radica el logro de Finlandia. Al revisar
el informe de Preal 2010, acerca de la
calidad educativa, encontramos que nuestro país tanto en logros como en
inversión es uno de los más débiles en América latina.
Entonces,
dado ese panorama debemos señalar que la evaluación no debe ser concebida como
sanción ni por resultados, muchos menos
confundir con la medición. La evaluación debe ser concebida como el proceso
integral para la mejora, desarrollo y cualificación de la sociedad. Ante ello
las aportaciones que señalo son las siguientes:
1.
Claridad en los fundamentos. El fundamento
epistemológico, pedagógico, antropológico y social debe ser bien claro en la
evaluación de tal manera que se a coherente con el sistema educativo, así
encontraremos que el uno coadyuva al otro, le explica y sugiere, porque no
podemos asumir evaluación al margen de la investigación, están interrelacionados.
2.
Coherencia en el sistema de evaluación del aprendizaje de la escuela
básica. El
sistema de calificación en la escuela básica contradice, de alguna manera la
diversidad, interculturalidad y política educativa de los procesos. En inicial
es descriptivo y literal (A,B,C), en primaria también, se agrega AD, caso distinto es secundaria el sistema es
vigesimal. Lo último señalado no presenta una clara explicación, aún con once
se aprueba las asignaturas., en primaria
aquello es desaprobado.
3. Dirección de los procesos de cambio. Si la evaluación cumple
una función permanente de información valorativa acerca del estado de la
educación, dicha tarea adquiere una importancia aún mayor en épocas de cambio
acusado y durante los procesos de reforma educativa. En esas circunstancias, su
contribución a la mejora cualitativa de la educación resulta más evidente. Al
hablar de cambio y de reforma hay que tener cuidado con no identificar ambos
términos.
4.
Obtener más
información.
Se entiende que la evaluación es un instrumento que contribuye a un mayor
conocimiento y diagnóstico de los sistemas educativos. La evaluación es un
sistema moderno -ya no estadístico ni intuitivo- de información y satisface la
necesidad social de información.
5. Tomar decisiones, orientar la política y conducir los procesos de cambio. Pese a que tener más información puede ser un objetivo de hecho su principal función es servir de base a la toma de decisiones. Sin embargo, se corre el peligro de que se utilice para justificar la distribución de fondos.
6. Asumir la cultura de rendir cuentas y valorar los resultados. Ello está íntimamente relacionado con la creciente autonomía de los centros. El rendimiento de cuentas contribuye a lograr una valoración objetiva de los resultados de la educación. Se trata de una tarea difícil pero que debemos acometer conceptual (¿qué son resultados?) y operativamente (¿cómo medirlos?).
7. Mejorar el funcionamiento de las instituciones educativas. Debe permitir mejorar la organización y funcionamiento de las instituciones educativas. Esto significa que la evaluación no sólo contribuye a la mejora cualitativa de la educación en las distintas instancias, la evaluación de los centros constituye un requisito ineludible para la mejora de la calidad de la educación, pero dicha evaluación debe permitir identificar la falencia de alumnos, profesores, directivos, funcionarios y padres de familia. No podemos evaluar solo a los dos primeros, sabiendo que los funcionarios que dirigen el sistema educativos tienen bastante de responsabilidad.